domingo, 11 de noviembre de 2007

AQUELLA NOCHE


La noche que alguien te dijo
frases propias de un amante.
Palabras que a mi me hirieron
y tú aceptaste radiante.
Se me rompió la cordura
que atesoré hasta ese instante.
Pasé a ser indigno y cruel.
Tú la victima arrogante.
Creo que pensaste: ¡al fin!;
con la risa en tu semblante.
Alejándote en tu tren,
poco a poco más distante,
buscando alguna estación
donde otro espere anhelante.
De equipaje mis lecciones.
Destino algún nuevo lance.
Y en tu maleta escondidas
verdades que no contaste.


Noviembre 2007

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Si cogió algún tren buscando otra estación, por lo que fuera, ya no quiere estar ahí. Forzar a que otra cosa quiera sólo llevaría, probablemente, a que ni una adiós en la estación te destinara.

Es terriblemente duro, pero es. Si en la desesperación no miras bien a tu alrededor, probablemente todos los trenes de la estación partan a nuevos destinos. Y tú, puede ser, que no cojas el que estaba para tí.

NO te obsesiones con lo que fue. Empieza a pensar en lo que puede ser. O en lo que, tal vez, cualquier día será.

En las estaciones parten trenes, con rumbos lejanos y, aveces, ignotos, pero también llegan otros cargados de posibilidades. Cargados de vivencias y de otros solitarios seres que comienzan vidas nuevas.

Cada fin es un principio en sí mismo. Aunque duela el fin, hay la esperanza del comienzo.

Lo terrible es permanecer siempre en vía muerta.

Anónimo dijo...

AUSENCIA DEL AMANTE
He vuelto por el camino sin hierba.
Voy al río en busca de mi sombra.
Qué soledad sellada de luna fría.
Qué soledad de agua sin sirenas rojas.
Qué soledad de pinos ácidos errantes...
Voy a recoger mis ojos
abandonados en la orilla
Carmen Conde
Que duro, es perder, después de tanto dar. Pero siémpre queda esperanza.

Anónimo dijo...

Una dura historia, un lenguaje contundente y sólo un punto de vista.
En el interior de esa maleta puede estar la respuesta a todo.

Pigmalión dijo...

Psique.
Tienes muchísima razón en tu planteamiento. Tienes muchísima razón en que las cosas hay que tomarselas así.
Pero yo debo tener ese gen defectuoso, romántico, inusual y autodestructivo que compartían las locas de Mocedades, Serrat y Maná.
Muy probablemente siga pasándome por esa estación toda mi vida aunque sólo sea porque algo en mí se niega a olvidar que un día viajé en el tren más maravilloso que pueda existir.

Pigmalión dijo...

Anónimo.
Siempre queda la esperanza. Aunque sea perdida en el último rincón del alma. En la última rendija de las ruinas de un corazón.
Y ¿para qué quiero volver a buscar mis ojos?, si ya no tengo sirenas rojas que mirar.

Pigmalión dijo...

Anónimo.
Cierto, duro y sólo un punto de vista. El del autor.
El interior de esa maleta no es del autor. Por tanto tendremos que quedarnos sin la respuesta.

Anónimo dijo...

Pigmalión... siéntete dichoso de haber viajado en el tren más maravilloso que pudiera existir. Eso tienes, otros no podemos decir lo mismo. Seguimos esperando ese tren maravilloso que nos haga olvidar del todo los vagones de tercera que la vida nos ha puesto.

Pero no se puede quedar uno en vía muerta. Eso nunca, amigo.

Si los recuerdos no llenan, porque habrá que seguir buscando los que pueda ser que llenen. Si los recuerdos traen el dolor de lo imposible, porque en la estación puede estar el tren que calme las heridas. Y si, como en tu caso, ya has tenido la suerte de viajar en tren de lujo, porque siempre puede haber algún tren más lujoso. O alguno, que sin serlo, te haga el viaje tan agradable o incluso más, aunque hoy no te lo parezca posible.

Tiene que ser posible. Sólo desde el convencimiento que tiene el corazón podremos verlo, porque el tren está ahí para nosotros.


Un optimista beso de quién con optimismo sigue esperando.

Anónimo dijo...

Soy de aquellas que van siempre en pos de la belleza... a la busca de una verdadera dignidad, en los griegos y su filosofia encontré parte de lo que soy... veo que aquí tambien hay buena poesía y es por eso que aquí me he parado para decirte que me gusta este blog...
Un saludo afectuoso de Arazen

Pigmalión dijo...

Arazen.
El mundo entero, aunque muchos lo ignoren, debe gran parte de lo que es a los griegos.

Alguien me hizo un día un regalo con con esta dedicatoria...
"Las cosas son bellas porque la mirada sabe captar su encanto"

Si a ti te ha parecido que aquí hay buena poesía es la belleza de tu propia mirada la que así lo aprecia.

Bienvenida a este rincón y gracias por verlo así.

Anónimo dijo...

Me ha herido recatándose en las sombras,
sellando con un beso su traición.
Los brazos me echó al cuello y por la espalda
partióme a sangre fría el corazón.

Y ella prosigue alegre su camino
feliz, risueña, impávida, ¿y por qué?
Porque no brota sangre de la herida,
porque el muerto está en pie.

G.A.Bécquer

Por cosas como esta le llaman "el príncipe". Sus versos son cita obligada de todo romántico.

Pigma. Te conozco lo suficiente para decir que tu romanticismo no es menor, que puedes ser perfectamente un príncipe, azul por tu corazón griego, que tu poesía me encanta y que no entiendo que una mujer se haya negado a ser tu princesa.

Un beso no anónimo.

Pigmalión dijo...

Anónima con petición incluida.

Quiero adivinar pero no ando muy encaminado.
Se que has leido a Becquer, que me conoces lo suficiente y de momento poco más.
El resto no se si lo has deducido de leerme.
Guardaré ese beso y esperaré mientras trato de descifrar ese no anonimato.

Y, ante todo, gracias por dejar parte de tu tiempo en este lugar.