jueves, 7 de febrero de 2008

DESPEDIDA





Emerge de las tinieblas
un espejo circular,
lentamente, sigiloso,
graba un camino en el mar,
de mis pies al horizonte,
invitándome a soñar,
arrastrando el pensamiento
hacia una trampa mortal.

No se atisba Samotracia
y a mi lado nadie está.
No hay Mythos sobre la mesa
ni pasta para cenar.

El alma vuelve a arañarme
-quiere dejarme y volar-
Le grito: ¡olvida esa luna!
¡ya no puedo sufrir más!

Febrero 2008