viernes, 5 de diciembre de 2008

AFRENTA


Cuando el desprecio se viste
de tul y de fina seda.
Cuando la altivez se crece
con orgullo de princesa.
Cuando el brillo de unos ojos
te ignora hasta en esta fecha.

Llegó el momento de alzarse,
de quitarse las cadenas,
de olvidar que un día fui tuyo
con ese amor que enajena.

Puedes quedarte mi reino,
salar mi pozo y mi tierra,
negar mi existencia al mundo
y echar mi alma a la hoguera.

Has ganado la batalla
sin haber ido a la guerra
y desde hoy tus oídos
que a mi voz la den por muerta.

Paséate por tus mundos
con tu sonrisa de perlas
que la vida es una rueda
y se pagan las afrentas.

3 diciembre 2008