miércoles, 1 de diciembre de 2010

SECRETO


Te pedía tan poquito
que bastaba tu sonrisa,
una caricia en mis sueños,
y en tus deseos me perdía.

Te regalaba mi estrella
para que tus noches frías
se llenasen del calor
que le robaba a mi vida.

Le fui mendigando al cielo
ese azul que yo quería
para que cada mañana
diese luz a tu alegría.

Desesperado secreto
navegando a la deriva
en las olas del olvido
siendo tu su única guía.

Perdió el aliento mi voz,
mientras su dueño escribía,
sin poder nombrar al mundo
la dueña de tanta herida.

Regálame la ocasión
de sentir en mi mejilla
las lágrimas que me guardo
por si vuelvo a oírte un día.


diciembre 2010