viernes, 12 de marzo de 2010

LÁGRIMAS DE EOS


Una de esas noches negras,
resaca de un día gris,
en que mis ojos marrones
brillan sin querer dormir;
compartiendo con la luna
mis locuras en Madrid
hasta pintar sus mejillas
del rojo más carmesí.

Una de esas que me miras
sonriendo abrazada a mí
con una greca en tu dedo
en amarillo y añil,
con tus ojos regalando
su verde sin desteñir.

Mi maltrecho corazón
vuelve otra noche a sufrir
las horas que, a trote lento,
cabalgarán mi sentir.

Helios vuela con su carro
encontrándome ante ti
y una lágrima de Eos
viene a recordarme al fin
que no son negras mis noches
ni en mis días reina el gris;
que el firmamento en que vivo,
y del que no se salir,
se inundó de colorines
el día que te conocí.


marzo 2010