En la niebla del silencio
se desdibuja la herida
que no consigo cerrar
ni de noche ni de día.

Por ella se me derrama
el pulso y, en mi agonía,
no pienso que estoy perdido
sino en si tú estás perdida.
Hasta que caigo en la cuenta
que en mis ojos las pupilas
se cegaron por no ver
como las tuyas se me iban.
Alargo la mano y busco
- tropezando - una salida,
sin encontrar ya tu voz
ni tu piel ni tu sonrisa.Octubre 2008
Este otoño traicioneroque en silencio nos invitaa escuchar hojas cayendo,la lluvia y, entre sus días,algún recuerdo tenazcomo la nieve en la umbría.
Esta estación pertinaz,odiada y enaltecida,amante de los amantes,romántica melodía,llave de abrir corazonesen tardes que no se olvidan.Largas noches con sus lunas. Dedos que su dolor gritansobre un inerte teclado,porque su piel, ahora fría,añora los rubios rizosque otros otoños traían. octubre 2008