
http://www.youtube.com/watch?v=6p-FRq5JLEw&feature=related
No se realmente que me ha empujado hasta aquí. Tal vez un arrebato inconsciente. Tal vez el creer que plantarle cara al dolor terminaría con él definitivamente.
Lo cierto es que llevo dos días conviviendo en este hotel con el fantasma de tu último beso, con los interminables recuerdos que constantemente salen a mi encuentro. Gran vía, Callao, Sol, plaza Mayor, teatros, cines, librerías, cafeterías, restaurantes y hoteles.
Impresionante el modo en que pueden llegar a afectar psicológicamente los hechos vividos en un determinado lugar al regresar a él. Impresionante como en la oscuridad de un pasillo se puede llegar a creer que extendiendo la mano volveré a tocar de nuevo tu piel, que aspirando el aire puedo volver a embriagarme con tu olor, que cerrando los ojos en silencio junto a la puerta de esta habitación recuperaré tus besos.
Hoy se van diluyendo los retazos de esperanza. Como último recurso he decidido regalarme yo mismo ese libro. Podía haber sido otro más del que compartir lectura, impresiones, sensaciones. Y ahí está, sobre mi cama. Con esa portada en la que destaca junto al título su autora, Robin S…., y con algo que yo no suelo hacer: una frase subrayada como a ti te gusta…..”Un hombre que se enamora de una mujer se pone en peligro, y se expone a los más grandes infortunios”
Ahora mismo me encuentro, gracias a la tecnología y a los servicios del hotel, con este escrito sin más corrección que la del momento a punto de derramarlo en un subforo del café. Con el mayor vacío en el estomago que he sentido en mucho tiempo y llamándome necio por haber esperado que llegase la medianoche que agotaba este día antes de creer que ya no soy nadie para ti.
Soy yo quien te dice ahora ¡FELICIDADES! has ganado. Tus besos siguen estando pero ya no son para mi. Tu risa sigue ahí pero no para mi. Tus suspiros siguen mostrando sentimientos, pero no para mi.
Mi enhorabuena a quienes hoy pueden recibir de ti tan preciados regalos. Seguramente los merecen mucho más que yo.
Diciembre 2007