martes, 29 de julio de 2008

CAMINO DEL HADES


Nunca el azul fue tan puro
ni el blanco mas elegante.
La cubierta está desierta
y apenas hay oleaje.
Siento que por cada poro
comienza Grecia a inundarme.

Frente a la proa del barco
el sol comienza a asomarse
regalándole a las aguas
una senda deslumbrante.

Atrás va quedando Atenas
y algún sueño que enterraste.
En mi pupila la línea
de un horizonte radiante.

Ocultos entre mis dedos:
aquel dedal que compraste
y, gastada por mis labios,
aquella luna brillante.
Con el óbolo en la boca
– no hay Caronte sin peaje –
mi sentimiento navega
hacia el final de su viaje.

18 julio 2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno

Pigmalión dijo...

sadday

Y no menos bueno que, casi seis meses después de caminar hacia ese hades, alguien profundice en este blog, llegue hasta aquí y diga que le parece muy bueno.

Gracias por el detalle.

Fran