
Sus dedos escribían: “Necesito tus caricias”.
Sus gritos clamaban: “Mi cuerpo te desea”.
Sus dones se regalaban: “Sólo tuya”.
Sus labios juraban: “Pase lo que pase”.
Sus lágrimas se derramaban…… ¿Por mi o por ella?
Septiembre - 2007
Un día me hice navegante, en el mar de las palabras, por seguir a la sirena que se fugo con mi alma