domingo, 26 de abril de 2009

CASTIGO DIVINO


Teniéndote ante mis ojos:
fui Tántalo tanto tiempo,
tanto que el alma dolía
en la punta de mis dedos.


Como Sísifo rodé
la roca de tu esperanza,
para mantenerla viva
cada vez que se agotaba.


Supe sufrir el castigo
- cual Prometeo, cada tarde -
de tenerte y de saber
que el día volvería a robarte.


¿Que les hice yo a los dioses
para que así me tratasen?
¿Por qué en el Tártaro estoy?
- lo más profundo del Hades -.

Otro año entero, apagando
la hoguera en que me olvidaste,
hundiéndome cada noche
y volviendo a levantarme,
jurándome que mentiste
- emponzoñando mi sangre -,
recordando cada día
que no podré recobrarte.

Para que aparezca Chronos,
con su tiempo insobornable,
con tus treinta y cuatro antorchas
y a mi vida se las lance.

Con Cervero por sabueso
Hefesto vuelve a buscarme
y en los grilletes dorados
que lacerarán mi carne
ha grabado tus dos ojos,
musa de los navegantes.



Mayo 2009

domingo, 12 de abril de 2009

POR VERTE



Para quien siempre pensó
Que tanta semana santa
sólo eran fiestas y fastos
que a él nunca le afectaban.

Para quien nada tenía
de afinidad militar
salvo sentirse por dentro
un guerrero singular.

El destino deparaba
una de sus ironías
- último zarpazo cruel
al lugar que más dolía -.

De tener juntas dos cosas
Málaga tiene la suerte:
por tener allí aquel cristo
- Cristo de la buena muerte -
y a la legión con orgullo
cantando un himno al ausente.

Y en semejante escenario,
tan marcial, tan religioso,
con tambores y cornetas
llegándome a lo más hondo.

Aquellos hombres traían
el recuerdo que yo amaba.
- me rompieron los esquemas -
Aquellos hombres cantaban
un clamor de amor y entrega.
Y, cuando a su cristo alzaban,
me arrancaron ese llanto
que hace tanto me guardaba.
Porque
“ir a tu lado a verte”
era mi muerte soñada.


Abril 2009