miércoles, 23 de julio de 2008

PUEDE QUE UN DÍA


En butaca de ventana,
mientras escribo estas letras
estoy surcando los cielos
y emborrono mi libreta.
Pensativo entre las nubes
contemplo mi silueta
con tu boli entre mis labios
añorando piruletas.

De recuerdos y de ausencias
llevo la maleta llena;
como siempre la he ordenado,
- como en el hotel de Atenas -
y entre el vaquero y más ropa
tu camiseta de Hellas.

Puede que un día me olvide
de Grecia o de ti, princesa,
por la enfermedad del siglo
que ni un recuerdo respeta.
Que en algún cajón de sastre,
tal vez después que me muera,
alguien que me eche de menos
vea que quise ser poeta,
humedezca sus mejillas
y entienda el viaje hasta Creta.

14 Julio 2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso, de verdad, he sentido las palabras. Lo ha conseguido seguro que siémpre quedará en el recuerdo de algunos, sus poemas, con ello ya podra morir en paz pues no todos dejan huella. No importa el ser anonimo si te recuerdadan con agrado. Eso es un triunfo.

Pigmalión dijo...

Con agrado y sin triunfalismo recibo este comentario anónimo.

Aquí quedará la huella de su paso y le doy las gracias por ello.