Podría jurar sin hacerlo en vano,
por Zeus tonante que amontona nubes,
que por ti en sitios divinos estuve
creyendo ser dios siendo ser humano.
Oí a las musas del monte Parnaso,
vi a mi Galatea y allí me detuve,
el néctar de Hebe de su boca obtuve,
tornando sus labios en mi eterno vaso.
Subí hasta el monte de Venus, la diosa,
y al bajar sediento gocé su ambrosía
que ella me daba mirando mimosa
para concederle el don de la vida
a un simple escultor que fue dios un día
dándole su ser a su obra querida.
Agosto 2006
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2 comentarios:
Aquí veo que realmente sientes a Grecia.
Me encanta como has engarzado los lugares, detalles y personajes griegos para versar lo que quieres contar.
Casandra, una vez más has adivinado algo. Pero en este caso yo me saltaré la maldición y te creeré.
Gracias por pasarte por aquí.
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