Que mi cerebro se quiebre,
y el corazón pierda el pulso,
si he de vivir esta vida
no quiero estar en el mundo.
Nada me ayuda a olvidarla,
la siento cada segundo.
Y cuando cierro los ojos,
como si fuese un arrullo
que sus labios me regalan,
oigo ¡¡mi amor solo es tuyo!!
Una herida muy profunda,
donde aquel amor estuvo,
con desgarrador olvido,
ahoga mi alma en negro humo.
Lo que me pidiera hoy mismo,
le doy sin temor alguno.
Y es mi súplica ignorada
por quien dijo que era suyo.
Marzo 2007
y el corazón pierda el pulso,
si he de vivir esta vida
no quiero estar en el mundo.
Nada me ayuda a olvidarla,
la siento cada segundo.
Y cuando cierro los ojos,
como si fuese un arrullo
que sus labios me regalan,
oigo ¡¡mi amor solo es tuyo!!
Una herida muy profunda,
donde aquel amor estuvo,
con desgarrador olvido,
ahoga mi alma en negro humo.
Lo que me pidiera hoy mismo,
le doy sin temor alguno.
Y es mi súplica ignorada
por quien dijo que era suyo.
Marzo 2007
6 comentarios:
Pigmalión, ante tu derroche de sentimientos y tu ofrecimiento, esperaba algo más por parte de ella.
Me ha gustado mucho el poema.
Esos labios que te hablan tan de cerca te dijeron que eras suyo.
Pero, amigo e inmortal griego, ¿te dijeron también que ella era tuya?
El poema esta bastante bien, me gusta.
Pigmalión, tienes una forma de hacer poesía muy simple y sin excesivos formalismos. Pero dices mucho y eso también cuenta.
Mi consejo:
No te ahogues con el humo. Ella podría seguir entre esa oscuridad.
Y sigue escribiendo a tu manera.
Victoria, ofrecerlo todo no siempre es garantía de que terminen aceptandolo.
Gracias por tu opinión.
Amigo anónimo, nunca sentí que un día necesitaría preguntarme si era así.
Gracias por estar aquí.
Es muy dificil vivir en esa oscuridad aún pensando que ella pueda seguir entre el humo.
Tu comentario me anima a seguir siendo yo en lo que escribo.
Gracias.
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