sábado, 17 de marzo de 2007

EL PRECIO DE LA DUDA

Se ve mi alma atrapada
entre Caribdis y Escila.
El mar moja mis pupilas
y me aturde la mirada.

Quiero entender a la sibila,
borrar la duda callada,
en mi corazón bordada
por Eride cuando hila.

Y si naufrago por necio,
porque no fui confiado
y ahora ya soy un pecio,

me queda pagar el precio,
de que, sin ser olvidado,
haber perdido tu aprecio.


Septiembre 2006

No hay comentarios: